DEIDADES

SANTA MARTA

De Santa Marta, hermana de Lázaro, se puede afirmar con certeza es que era una mujer de fe, cercana a Jesucristo, que le atendió en su propia casa. 

Santa Marta, anfitriona de nuestro Señor Jesucristo, nació de una familia noble. Sus padres se llamaban Siro y Encharia. Marta jamás se casó y permaneció virgen, contenta de servir al Señor, tanto en su mesa, como por la fe. Después de la Ascensión de nuestro Señor, y de partir los discípulos, ella con su hermano Lázaro y su hermana María, San Maximino y muchos otros, ya bautizados y llenos del Espíritu Santo, fueron metidos en un buque sin velas, ni remos ni timón y abandonados en el mar, llegaron hasta Marsella, desde donde fueron a Aix, convirtiendo a la gente a la fe de Cristo. Marta llamaba la atención por su fe y pureza. 

En esa época, en un lugar entre Arles y Aviñón, había un gran dragón, nacido de un leviatán y que había llegado allí por el mar desde Galicia. El monstruo entró en tierra y se comió a un hombre, la gente asustada se encomendó a las oraciones de Marta y ella, arrojándole agua bendita, y mostrándole una cruz (que se venera en Anón), lo amansó como una oveja, atándole con su propia faja y fue muerto con lanzas y espadas por el pueblo. Lo del dragón fue en Tarascón, por lo que se le ha llamado tarasca y ha sido asociado al monstruo del Lago Ness. 

Luego de ello, Marta, con permiso de San Maximino, y de su hermana, se quedó en aquel sitio para predicar y dedicarse a la oración y penitencia. Construyó un monasterio y una iglesia en honor de la Santísima Virgen María, donde llevó una austera vida, evitando la carne y grasa, huevos, queso y vino, y comiendo una vez al día. Cien veces al día y cien veces de noche doblaba sus rodillas en oración. 

En Avignon, mientras predicaba entre la ciudad y el río del Ródano, un joven, deseoso de escuchar sus palabras, se tiró al río porque no había barco que le cruzara. Comenzó a nadar, pero de repente fue tomado por la fuerza del agua, se ahogó y el cuerpo fue encontrado al día siguiente. Llevaron el cadáver a los pies de Marta y esta, haciendo la señal de la cruz cayó al suelo y oró: Oh, Señor Jesucristo, que en que un día resucitaste a mi bien amado hermano, ten a bien resucitar a este joven. Lo tomó de la mano, y de inmediato resurgió la vida y recibió el santo bautismo. Martilla, criado de Marta, que después entró en Esclavonia, y predicó el evangelio de Cristo, escribió su vida, y después de diez años de la muerte de Santa Marta, descansó en el Señor.

Santa Marta se celebra el 29 de julio (antiguamente con el adjetivo “virgen”, hoy eliminado), y de ella se reza el oficio de santas mujeres. Sus atributos más comunes son el acetre e hisopo de agua bendita, el dragón, una lanza que termina en cruz, la antorcha (la luz de la fe) y el libro (los evangelios). Es patrona de las amas de casa, la hostelería, contra los maridos infieles y difíciles (por la tarasca que amansó). Hay sitios donde se acostumbra a poner en la boca del dragón, dentro del acetre o a los pies de Marta un papel con el nombre de los hombres rebeldes.

SAN ANTONIO

San Antonio nació en Portugal, pero adquirió el apellido de la ciudad italiana de Padua, donde murió y donde todavía se veneran sus reliquias. Vino al mundo en el año 1195 y se llamó Fernando de Bulloes y Taveira de Azevedo, nombre que cambió por el de Antonio al ingresar en la orden de Frailes Menores en donde recibió el hábito franciscano.

No le faltaron las pruebas. En la juventud, antes de hacerse fraile y dado su atractivo aspecto, fue atacado duramente por las pasiones sensuales. Y aunque inicialmente cayó fuertemente en ellas, luego se superó y no se dejó vencer más por ellas, y con la ayuda de Dios las dominó. El se fortalecía visitando al Stmo. Sacramento.


Una vez en Coimbra, se dedicó por entero a la plegaria y el estudio; gracias a su extraordinaria memoria retentiva, llegó a adquirir, en poco tiempo, los más amplios conocimientos sobre la Biblia. Después de predicar una serie de sermones durante la primavera de 1231, la salud de San Antonio comenzó a ceder y se retiró a descansar, con otros dos frailes, a los bosques de Camposampiero. Bien pronto se dio cuenta de que sus días estaban contados y entonces pidió que le llevasen a Padua. No llegó vivo más que a los aledaños de la ciudad. El 13 de junio de 1231, en la habitación particular del capellán de las Clarisas Pobres de Arcella recibió los últimos sacramentos. Entonó un canto a la Stma. Virgen y sonriendo dijo: "Veo venir a Nuestro Señor" y murió. Era el 13 de junio de 1231. La gente recorría las calles diciendo: "¡Ha muerto un santo! ¡Ha muerto un santo! Al morir tenía tan sólo treinta y cinco años de edad. Durante sus funerales se produjeron extraordinarias demostraciones de la honda veneración que se le tenía. Los paduanos han considerado siempre sus reliquias como el tesoro más preciado. 

San Antonio fue canonizado antes de que hubiese transcurrido un año de su muerte. 

Es el mártir de las solteronas, que lo ponen de cabeza y al cual elevan sus más fervientes rezos, todo para que les encuentre a su príncipe azul. San Antonio de Padua es el santo que busca el amor desde hace muchos años. San Antonio es el fiel ayudante de las casaderas y de quienes tienen problemas del amor. Miles de mujeres acuden a él para implorarle que les consiga pareja y no se queden para vestir santos ─solteronas─ como dice un dicho popular. Siempre se le ha conocido como el santo que busca el amor. 

En México las mujeres esperanzadas en conseguir a su media naranja por intermediación del santo, hacen filas para rezarle. Es muy popular entre las mujeres, aunque también hay hombres que lo visitan, comentó el padre Florentino. Y es que en muchas partes del mundo se tiene la convicción de que el santo puede llevar a las solteras a los brazos del ser amado.

A San Antonio siempre se le ha asociado con el amor porque durante su juventud, el santo fue muy asediado y poseído por muchas pasiones humanas y carnales.

BUDA

Su verdadero nombre fue Siddharta Gautama. A lo largo de los siglos, se ha representado la imagen de Buda tantas veces que incluso en Occidente su efigie resulta tan familiar como cualquier otro objeto artístico. Solemos verle sentado sobre sus piernas en actitud meditativa, con una protuberancia más o menos saliente en la cúspide del cráneo y un lunar piloso entre las cejas, cubierto por un vaporoso manto sacerdotal y aureolado su rostro por una serenidad y una dulzura entrañables. Hay algo, sin embargo, que sorprende a veces: para ser un asceta que ha renunciado a los placeres del mundo y que conoce a fondo las miserias humanas, en ciertas representaciones parece excesivamente bien alimentado y demasiado satisfecho.

La idea de la purificación a través del sufrimiento era usual entre hombres ya maduros o ancianos horrorizados y confusos ante la perversidad de sus contemporáneos. Con frecuencia, abandonaban a sus familias y se refugiaban en las montañas, cubiertos de harapos y con un cuenco de madera como única posesión, que usaban para mendigar comida. Antes de convertirse en Buda, que significa "el Iluminado", Siddharta Gautama también practicó estas disciplinas corporales abnegadamente, pero no tardó en comprobar que eran inútiles. 

Siddharta Gautama nació probablemente en el año 558 antes de Cristo en Kapilavastu, ciudad amurallada del reino de Sakya situada en la región meridional del Himalaya, en la India. Siddharta era hijo de Suddhodana, rey de Sakya, y de la reina Maya, que procedía de una poderosa familia del reino. 

Siddharta creció rodeado de lujo: tenía tres palacios, uno de invierno, otro de verano y un tercero para la estación de las lluvias. En ellos disfrutaba de la presencia de numerosas doncellas, bailarinas y músicos; vestía ropa interior de seda y un criado le acompañaba con un parasol. Se le describe como un muchacho de constitución esbelta, muy delicado y con una esmerada educación. De sus años de estudio, posiblemente dirigidos por dos brahamanes, sólo se sabe que asombró a sus maestros por sus rápidos progresos, tanto en letras como en matemáticas. Mucho se ha hablado del carácter sensible de Buda; y siendo hijo de un rey y aspirante al trono, debió de ser educado también en las artes marciales y en todas aquellas disciplinas necesarias para un monarca. 

Siddharta se casó con su prima Yasodhara cuando tenía alrededor de diecinueve años. Nada se sabe de este matrimonio, excepto que tuvo un hijo llamado Rahula que se convertiría muchos años después en uno de sus principales discípulos. El hecho de tener un hijo varón como continuador de la dinastía le habría facilitado la renuncia a sus derechos y a su consagración a la vida religiosa. 

A los veintinueve años, Siddharta abandonó a su familia. Lo hizo de noche, montado en su corcel Kanthaka y en compañía de su criado Chantaka. Su meta era Magadha, estado floreciente del sur, donde se estaban produciendo cambios culturales y filosóficos. Es posible que también eligiera ese reino, a unos diez días de camino desde Kapilavastu, para evitar la posibilidad de que su padre exigiera que fuese repatriado. Una vez recorrido parte del camino, se cortó los cabellos, se despojó de sus joyas y aderezos y los entregó a su criado para que, de vuelta a casa, los devolviera a su familia, con el mensaje de que no regresaría hasta haber alcanzado la iluminación. 

Siddharta siguió las enseñanzas de dos maestros de yoga, Alara Kalama y Uddaka Ramaputa. El primero, al que seguían trescientos discípulos, había alcanzado la fase «en que nada existe»; se cree que su ermita estaba en Vaishi. Siddharta alcanzó muy pronto ese mismo estadio y se persuadió de la insuficiencia de estas enseñanzas para liberar a la humanidad de sus sufrimientos. Uddaka Ramaputa tenía seiscientos discípulos y vivía cerca de Rajagaha. Sus enseñanzas tampoco colmaron los afanes de Siddharta. 

Partió entonces para Sena, una aldea junto al río Nairanjana, lugar de encuentro de ascetas. Estas prácticas estaban perfectamente reglamentadas: incluían el control de la mente, la suspensión de la respiración, el ayuno total y una dieta muy severa, disciplinas todas ellas penosas y dolorosas. Por los relatos se sabe que Siddharta no se acobardó ante su dureza y que, en alguna ocasión, quienes le rodeaban creían que había muerto. En aquellos tiempos los alumnos avanzados practicaban ayunos de hasta dos meses, y se sabe que nueve discípulos de Nigantha Nataputta, fundador del jainismo, se dejaron morir de hambre para alcanzar la liberación final. 

Tras años de austeridades y mortificaciones que no le procuraron la iluminación, Siddharta resolvió abandonar el ascetismo, recibiendo, por el paso dado, las críticas de sus cinco compañeros. Para empezar, se bañó en el río Nairanjana para librarse de la suciedad que había acumulado en el curso del largo proceso seguido. Al parecer, se hallaba tan débil que apenas pudo salir del agua. Recobró las fuerzas gracias a la comida que le ofreció una muchacha llamada Sajata. Poco tiempo después, ya restablecido, Siddharta alcanzaría la iluminación. 

Según todos los indicios, esto habría ocurrido en la ciudad de Gaya, cerca de Sena. Más tarde se llamaría a esta ciudad BodhGaya, y en ella se levantaría un templo en honor de Buda. Siddharta pasaba largas horas de meditación a la sombra de una higuera sagrada que más tarde sería bautizada con el nombre de Bodhi o «Árbol de la Iluminación». Allí, finalmente, pudo ver con radiante claridad toda la intrincada cadena de las causas y los efectos que regulan la vida. 

Su primer sermón tuvo lugar al cabo de un mes en Sarnath, cerca de Benarés, donde residían sus cinco antiguos compañeros. Finalmente, los cinco formaron el núcleo inicial de una secta que, dada la sencillez del nuevo mensaje, creció con rapidez. Cuando consideró que sus discípulos estaban convenientemente preparados, los mandó a predicar la nueva verdad por toda la India. Debían ir solos, y Siddharta regresó a Uruvela. 

Buda continuó predicando durante cuarenta y cinco años. Visitó varias veces su ciudad natal y recorrió el valle del Ganges, levantándose cada día al amanecer y recorriendo entre veinticinco y treinta kilómetros por jornada, enseñando generosamente a todos los hombres sin esperar recompensa ni distinción alguna. No era un agitador y jamás fue molestado ni por los brahmanes, a los que se oponía, ni por gobernante alguno. Las gentes, atraídas por su fama y persuadidas de su santidad, salían a recibirle, se agolpaban a su paso y sembraban su camino de flores. 

A los ochenta y un años de edad se encontraba muy débil, pero siguió predicando su doctrina hasta los últimos momentos. Por las descripciones hechas de la enfermedad infecciosa que contrajo, se cree que la causa última de su muerte, acaecida en la ciudad de Kusinagara, pudo ser una disentería. Su cuerpo fue incinerado a los siete días de haber fallecido y sus cenizas repartidas entre sus seguidores. 

El ascetismo de Buda provenía de las antiguas religiones, pero es evidente que su propósito no era tranquilizar a sus semejantes presentándoles una nueva deidad o renovando ritos anteriores, sino hacer a cada uno consciente de su radical soledad y enseñarle a luchar contra los males de la existencia. Al sustituir las liturgias y sacrificios por la contemplación del mundo, Buda otorgó una importancia suprema a algo muy parecido a la oración individual y privada, valorando por encima de todo la meditación, ensalzando el recogimiento y situando el corazón del hombre en el centro del Universo. 

Otra de las causas de su éxito fue, sin duda, su asombrosa tolerancia. No existe ningún dogma budista y, por lo tanto, ningún budista es perseguido por hereje. Al volver la vista atrás, entre siglos preñados de violencia y fanatismo, lo que más sorprende de Buda es el sereno llamamiento que hace a la razón y a la experiencia de cada hombre: "No creas en cualquier cosa porque te enseñen el testimonio escrito de un viejo sabio. No creas en cualquier cosa porque provenga de la autoridad de maestros y sacerdotes. Cualquier cosa que esté de acuerdo con tus propias experiencias y que después de una ardua investigación se manifieste de acuerdo con tu razón, y conduzca a tu propio bien y al de todas las cosas vivientes, acéptala como la verdad y vive de acuerdo a ello." 

Existe para la adquisición del público en las principales ciudades del mundo, budas en diferentes poses y características con significados para el amor, la sabiduría, la riqueza, la prosperidad, la armonía, la alegría, la buena suerte, la abundancia, los bienes materiales o el dinero.

Algo importante a transmitir a los lectores de este sitio web, es que, aun cuando la figura y la filosofía de Buda resulta interesante, muchas personas creen más en aquellos budas o figuras de éste que representa por ejemplo, la suerte, la sabiduría, el dinero, el bienestar y la prosperidad. Por esta razón en las casas especializadas hay budas en diferentes poses que se agotan primero. Sin embargo, así mismo, como se explica esto, es importante señalar como de sustantiva importancia que lo de mayor valor es el fascinante mundo de buda y sus milagros, es la fe y la emoción que se ponga en todo aquello cuanto se desea.

MARÍA LIONZA

Representada popularmente como una diosa o reina, María Lionza es la figura central del llamado Espiritismo Marialioncero, culto en el que se mezclan ritos y creencias católicas, espiritualismo indígena y deidades africanas, y que ha absorbido elementos de santería, religión yoruba, vudú y elementos místicos y teológicos de origen desconocido.

A pesar que se le cree de origen indígena, comúnmente se le representa como una mujer blanca con una corona de oro en la cabeza y una rosa y un banderín en la mano derecha. El banderín tiene escrito su misión como diosa: Protectora de las aguas, Diosa de las cosechas.

Se dice que María Lionza, como ser sobrehumano, habita las montañas de Sorte en el estado Yaracuy, desde donde el culto se extendió al resto del país alrededor del año 1900. Por esta razón, la región de Sorte es un sitio de peregrinación constante de los creyentes del culto marialioncero.

María Lionza (Yara, Guaichía) es un dios bucólico que vive apaciblemente en la espesura de los bosques, en las aguas remanzadas, en grutas encantadas, entre rebaños de animales salvajes y rodeada de espíritus subordinados y obedientes.

En el ámbito espiritual (según el sincretismo de la región) es el más alto escalón de las Cortes Espirituales, por lo que se ubica su importancia después de la Santísima Trinidad y la Virgen María Madre de Jesús.

En América representa un símil de la diosa Venus y Gea, diosa de la paz, el amor, la armonía, siempre relacionada con la magia del agua, el trueno, perfumes, bosques, montañas. También representa el misterio universal de la feminidad y el amor, y otras representaciones de la naturaleza.

El culto a María Lionza se distingue por el sincretismo, y alcanza su día máximo de celebración el 12 de octubre; sus representantes espirituales, las tres potencias, el culto y la celebración se extiende a lo largo y ancho del territorio venezolano e incluso internacionalmente, en todos aquellos países donde existen colonias venezolanas. Otra fecha a destacar es la Semana Santa, donde las peregrinaciones alcanzan su punto máximo.

Estás celebraciones incluyen desde las más modestas ofrendas como flores y velas, rezos e inciensos, hechas en cualquier hogar, hasta la bajada de espíritu a través de médiums en cualquier lugar de Venezuela y especialmente en Sorte (Edo. Yaracuy), lugar de grandes peregrinaciones, para presenciar los bailes de candela y las perforaciones de los cuerpos de los médiums, los cuales al salir del trance no muestran secuelas de lo experimentado, eso se hace para demostrar que en realidad habitan espíritus de luz en sus cuerpos.

Es una mezcla de expresiones religiosas: católicas, nativas de Centroamérica y cultos animistas africanos. Hasta 1950 muchas de estas prácticas religiosas no eran dadas a conocer a la luz pública, se mantenían ocultas, por lo tanto eran muy pocos los venezolanos que asistían a la montaña de Sorte y estaban en conocimiento de la leyenda de la diosa, que sus devotos creían que aun vivía allí. Los cambios económicos de la Venezuela rural (agrícola) a urbana (industria petrolera), generó el desplazamiento de muchas personas hacia la ciudad y así fue que muchos yaracuyanos trajeron consigo a la capital el culto a María Lionza. Sin embargo siguió siendo un culto espiritualista de sus devotos.

El culto a la Reina Maria Lionza siempre es enfocado hacia el combate del mal en todas sus formas, y reemplazándolo por amor. Son excelsas las propiedades las propiedades mágicas que se le atribuyen, así como un inmenso don curativo.

SANTA BÁRBARA

Era una mujer muy bella, había nacido en Nicomedia, cerca del mar de Mármara, hija de un Rey de nombre Dióscoro, que era pagano y quien la encerró en una torre para evitar que ella se convirtiera al cristianismo.

Durante una ausencia de su padre, Bárbara mandó a construir tres ventanas en su torre, simbolizando la Santísima Trinidad. Su padre se enteró del significado del simbolismo de estas ventanas y se enfadó, queriendo matarla. Por eso, Bárbara se escapó, huyó y se refugió en una peña. Atrapada, se enfrenta a su destino.

Su martirio fue el mismo que el de San Vicente Mártir: fue atada a un potro, flagelada, desgarrada con rastrillos de hierro, colocada en un lecho de trozos de cerámica cortantes y quemada con hierros al fuego... Finalmente, el mismo rey Dióscoro, la envió al juez, quien dictó la muerte por decapitación. Su mismo padre fue quien la ejecutó en la cima de una montaña, tras lo cual un rayo lo alcanzó, dándole muerte también.

El hecho de que Santa Bárbara no aparezca en el calendario litúrgico del Vaticano, no significa que la iglesia católica la haya ignorado, los fieles celebran su día el 4 de Diciembre de cada año.

Los artistas la representan en su obra con manto rojo, el cáliz de la sangre de Cristo, una rama de olivo, corona y espada en mano como símbolo del martirio.

Santa Bárbara es patrona de los artilleros, armeros, fundidores, mineros, prisioneros, bomberos, ejércitos y pirotécnicos.

Santa Bárbara posee una gran concordancia con Shangó (también pude escribirse Changó).

SHANGÓ   O  CHANGÓ


Para los cubanos, santeros, y yorubas, Shangó es: un orisha mayor. Dios del trueno y del rayo, del fuego, de la guerra, de la danza, de toda la música y de la belleza masculina. Abogado de los guerreros y patrón de las tempestades. Es adorado, temido y deseado por todos. Repudia a todo aquel que sea cobarde, pusilánime o invertido. Después de Obatalá, Changó es el orisha más poderoso y más venerado. Sus hijos consagrados tienen que ser varones definidos, clarividentes, adivinos, impulsivos valientes, astutos, e independientes.


Sus atributos divinos son muy parecidos a los de Santa Bárbara, por esto cuando a él se le invoca, simultáneamente se invoca a Santa Bárbara, y viceversa.

El 3 de Diciembre, siendo la víspera, los creyentes esperan con fiestas el día de Shangó (es el 4). En Cuba Shangó es una de las 5 deidades mas veneradas del panteón Yoruba. Obatalá, Shangó, Yemayá, Ochún y Babalú Ayé son esas deidades.

Shangó o Changó se identifica con el color rojo, y el rojo con blanco. Sus números son el 4, el 6 y el 12 (su fiesta se celebra el 4 de diciembre, que es el mismo día de Sta. Bárbara). Sus días son el viernes y todos los 4. Su vela, roja o roja con blanco.

Cuando vemos a Chango en la Naturaleza vemos la luz del rayo atravesando el cielo y oímos el trueno arrollador. En medio de su poder y energía destructiva él aniquila todo lo negativo. De este modo hace las cosas fértiles y puras.

Es trabajador, valiente, buen amigo y curandero, pero también es mentiroso, mujeriego, pendenciero, jactancioso y jugador. Es buen padre mientras el hijo obedece, pero no lo admite cobarde, ni invertido.

GUICAIPURO

Guaicaipuro o Guaicaipuró (1530 - 1568), fue un nativo indígena, jefe de varias tribus Caribes. Guaicaipuro formó una coalición de gran alcance en contra de la conquista española del territorio de la actual Venezuela. Él dirigió, entre otros, a los Caciques Naiguatá, Guaicamacuto, Chacao, Aramaipuro, Paramaconi y a su propio hijo Baruta. Guaicaipuro en la actualidad es uno de los Caciques más famosos e ilustres. La tribu de Guaicaipuro, que abarcaba un área desde Turgua al este, hasta donde hoy se encuentra San José de los Altos, al oeste, era una de las más grandes. Uno de sus hijos varones, Baruta, se convirtió también en Cacique y dominaba el área del actual municipio de igual nombre.

Los españoles descubrieron oro en el área de Los Teques hacia 1560, y comenzaron a poblar el sitio de las minas para extraerlo. Guaicaipuro, sintiendo su tierra invadida, les atacó, forzando a los españoles a abandonar el lugar. Después del ataque, el gobernador de la provincia de Venezuela, Pablo del Collado, envió a Juan Rodríguez Suárez en 1561 para pacificar el área. Rodríguez Suárez, creyendo que había alcanzado su tarea al repeler a Guaicaipuro de la zona, deja el área al cuidado de algunos mineros y de tres de sus hijos, mientras exploraba lo que hoy es Caracas. Una vez que los soldados españoles se marcharon del lugar, Guaicaipuro asaltó de nuevo las minas y mató a todos los trabajadores, así como a los hijos de Rodríguez Suárez.

Después de estos sucesos, Guaicaipuro se convirtió en la figura principal y central en la sublevación de todas las tribus nativas de la provincia de Caracas, y logra unirlas a todas bajo su mando. Debido a los ataques feroces por parte de los indígenas, los españoles se retiraron lejos del área durante varios años.

En 1567, poco después de vencer en la Batalla de Maracapana, el capitán Diego de Losada entra al valle de San Francisco y ese año o el siguiente, puebla la ciudad de «Santiago de León de Caracas». Los españoles se preocuparon por la cercana presencia de Guaicaipuro y de sus hombres y, dada la fama de sus ataques hacia los conquistadores, decidieron no esperar un ataque de él, con lo que, como movimiento preventivo, Diego de Losada encomendó al alcalde de la ciudad, Francisco de Infante, emprender la misión de capturar a Guaicaipuro y 'pacificar' a los otros Caciques.

A fines de 1567 o inicios de 1568, Francisco Infante y sus hombres, conducidos por guías nativos que habían sido chantajeados, dieron con el paradero de la choza de Guaicaipuro, en las cercanías de Paracotos. Tras una larga batalla por su vida, los españoles, imposibilitados de entrar a la choza, decidieron lanzarle una bomba de fuego sobre el techo de paja, obligando con ello a salir a Guaicaipuro que perece luchando con la espada que le había ganado a Rodríguez Suárez.

Guaicaipuro con su historia y con su valor, entró en el pensamiento espiritualista de Venezuela, al comienzo por remanentes de su carismático poder como guerrero y, posteriormente, como un ENTE que era invocado en sesiones espiritistas y, en voz y en pensamiento, se hacía presente a través de los llamados mediums.

EL NEGRO FELIPE

Su historia inicia con El Negro Miguel. Este negro ─Miguel─ cuya historia es por demás interesante, en su lucha contra los blancos, se organizó y formó un "imperio" ayudado por una bien formada figura de 'raza de color' de nombre Giomar, y de uno de sus colaboradores, El Negro Felipe, quien después de la muerte heroica del "Rey Miguel" se ocupa de reagrupar las fuerzas de su jefe para continuar la lucha en contra de la esclavitud.

El Negro Felipe formó parte de esa neo república que habría de edificar e imponer el nombre de la justicia en el mundo, donde hubiera cabida para negros y blancos en su condición de hermanos como lo son por el hecho de ser ─ambos─ seres humanos e hijos de Dios.

Habiendo sido traído, inicialmente, del África, en 1555 (aproximadamente), el Negro Felipe fue embarcado como un esclavo más en una de Las Antillas, exactamente en la que hoy por hoy es conocida como Puerto Rico, y trasladado a las tierras que actualmente se llaman Venezuela. Aproximándose a tierra, el Negro Felipe se lanzó desde el barco y se les escapó a sus guardianes.

En tierra se unió y empezó a luchar en contra de la esclavitud en el movimiento que lideraba el Negro Miguel. Para ese entonce el Negro Felipe resultó ser un personaje relativamente anónimo. Pero, al final, cuando ocurre la muerte del Negro Miguel, el Negro Felipe por iniciativa propia salta a ocupar su lugar en procura de continuar con la causa. La lucha con la que él continuó fue sangrienta y desigual; y, al final, el Negro Felipe también sucumbe  Su cuerpo misteriosamente desaparece y, entrono a él, se comenzaron a tejer cuentos insólitos y hazañas increíbles, y su figura comienza a tomar una dimensión legendaria y, finalmente, la fe en él copa por completo el concepto de el Negro Felipe.

Su alma es invocada y el Negro Felipe baja, habla, aconseja, señala derroteros, cura y realiza toda clase de actividades a través de connotados mediums, y su conocimiento se esparce por el dilatado mundo del esoterismo, el espiritismo y la magia. Y se convierte el Negro Felipe en un adalid del bien.


El Negro Felipe, hoy y desde hace algunas centurias, es una entidad activa de proyección y de profundidad para realizar trabajos benéficos, y por ellos es que en su memoria, sus actos y su poder han sido y son invocados para resolver intrincados problemas, para curación de males perniciosos y también para lograr objetivos que, a simple vista, parecerían difíciles de alcanzar.