Pólvora.
Canela.
Jabón espíritu.
Azulillo.
Azafétida.
Mejorana.
Cuerno de ciervo.
La casa ha de estar barrida.
Las plantas y la canela se mezclan en agua y se hierven, luego se bajan, se cuelan y se le agrega el resto de los ingredientes. Con este líquido se trapea el piso y se lavan las paredes de toda la casa, desde el fondo de la misma y hacia adelante, hacia la puerta principal. Pero, poco antes de esta lavada, se hacen cruces de pólvora en todas las puertas y ventanas y se encienden.
Seguidamente se prepara un enjuague para aplicárselo a toda la casa. Se prepara así:
Baño combatiente.
Agua florida.
Agua divina.
Agua de azahar.
Agua de kananga.
Agua de rosas.
Pompeya.
Colonia 70.
Colonia exquisita.
Se mezcla todo esto y se enjuaga la casa completa. Incluso antes de aplicar este enjuague, se puede lavar la casa con agua normal limpia. Y, al final, se aplica este enjuague, el de la mezcla de aguas especiales.
Seguidamente sigue un sahumerio, con los siguientes componentes:
Alcanfor en polvo.
Incienso puro.
Estoraque.
Mirra.
Almizcle en polvo.
Alicena.
Romero.
Incienso tres reyes.
Polvo destrancadera.
Polvo suerte rápida.
Laurel.
Se prende y se hace el sahumerio por toda la casa rezando lo siguiente:
Invoco con este santo sahumerio al Gran Poder de Dios, a los espíritus benéficos, a San Miguel, a San Pablo, a la Reina María Lionza, a la Corte India, a la Corte Negra, para pedir protección, prosperidad, salud y sabiduría. Para que me guíen y protejan, y los obstáculos de mi camino sean apartados. Los mismo pido para todas las personas que moran en esta vivienda. Y pido a todas las deidades que se dignen guardar los alrededores de mi casa contra la envidia y la mala fe. Amén.
